Número 11. Mayo de 2004

Textos
En clave de monólogo

Autores:
Pilar Murillo
Jorge Moreno
Adolfo Camilo Díaz
Roberto Corte
Eladio de Pablo
José Rico

El ciclo de lecturas dramatizadas que, coordinado por Eladio de Pablo y bajo el patrocinio de la SGAE-Fundación Autor, viene desarrollándose en Asturias estos últimos años se ha plasmado en 2003 en esta selección de seis monólogos de seis autores asturianos, que descubren una vertiente interesante del quehacer actual de la dramaturgia asturiana. Al ser seis monólogos breves, en lugar de la mera lectura dramatizada, se ha optado por una dramatización completa de los textos en un espectáculo conjunto, encargándose de esta tarea la compañía Higiénico Papel, dirigida por Laura Iglesia.
Se estrenaron los monólogos en el Teatro Jovellanos de Gijón el 16 de enero de 2004, interpretados (en el mismo orden que a continuación se presentan) por Xuacu Carballido, Ana Blanco, Silvino Torre, Carlos Dávila, Félix Corcuera y Alberto Rodríguez.
 

Puntuales, como siempre

Pilar Murillo García

Sale a escena Paco, un hombre de cuarenta años, funcionario del ayuntamiento. Anda cansinamente, con dolor de pies.

Paco: (Mira al público.) Ah, ya están aquí. Puntuales, como siempre; en cambio, de mí no se puede decir lo mismo. Ustedes me tienen que disculpar, lo siento, no he podido llegar antes. El segundo grupo se acaba de ir y estoy molido. ¿Me perdonan si me siento un momento?... Son ustedes muy amables. (Coloca una silla a la izquierda.) Ando todo el día escaleras abajo, escaleras arriba. Mi mujer dice que tengo un trabajo de lujo. ¡Ja!, de lujo. Esto es matador. ¡Ah!, mi nombre es Francisco; pero pueden llamarme Paco. (Sentándose.) ¿No les importa que me quite los zapatos, verdad? (Quitándoselos.) Bueno, ya puesto... me quito los calcetines. (Lo hace y se da un masaje primero en un pie y luego en el otro mientras habla.) Mis pobres pies. Están más doloridos que si hubiera hecho el camino de Santiago. Necesito vacaciones. Vayan, vayan sacando fotos al teatro, pueden hacerlo, no se preocupen, como si estuviesen de visita en el museo. Aprovechen ahora, no sean tontos, porque cuando vengan a ver una función... ya saben, está prohibido. Es que con el flash se desconcentran los actores. ¿Han apagado el móvil? Ése es otro enemigo de la concentración. Una cosa que les ruego es que no fumen. Espero que no haya un pirómano entre ustedes, sería una pena destruir este bonito coliseo, fíjense que data de principios del siglo XX. Antes, de Cristo. No, no es tan antiguo, Cristo era el empresario a quien pertenecía. ¿Se acuerdan? Antiguamente había muchos teatros que pertenecían a particulares. Este era uno de ellos, ahora pertenece a este ayuntamiento, vamos, que es patrimonio de esta ciudad. Imagínense, un pedacito de él pertenece a cada ciudadano... Imagínenselo, pero ni se lo crean, por supuesto que es única y exclusivamente del director de la fundación de Cultura; y es mejor así, de otra forma esto sería una anarquía, figúrense que cualquier compañía de Asturias lo pidiese para sus ensayos... La manutención de este edificio es carísima. Si hay función que ensayen en el parque, están al aire libre, y el aire es de todos; el de la calle. (Transición.) ¡Eh! El del chicle, espero que se cuide de tenerlo en su boca todo el tiempo que dura la visita. Aquí no se pueden tirar al suelo, y nada de pegarlos a la butaca. Lo siento, ya sé que son ustedes muy educados, pero es mi deber avisarles, además, lo hago por el bien de ustedes. Vuelvan a imaginar por un momento. Imaginen que bajo sus posaderas hay un chicle, ¿qué pasaría? Pues que se quedarían pegados a su asiento y les aseguro que eso sería mucho peor que pensar en su ropa, irremediablemente estropeada; porque ver un espectáculo a la fuerza... Quiten, quiten, eso es un castigo. Sólo de pensarlo se me eriza el vello. Esos montajes que no hay quien los digiera... Aunque aquí no pasa, aquí no hay montajes de esos, y de los otros poquísimos. Este teatro sólo se abre cuatro veces al año... para que no se estropeen las pinturas rupestres, perdón, los carteles de las funciones que cuelgan de las paredes. Mientras estén aquí dentro ruego que no respiren. (Ríe.) Señora se está poniendo morada. Bueno, respiren pero háganlo muy despacito, alternándose de uno en uno, no lo hagan todos a la vez, ¿de acuerdo? Es que se puede enrarecer el ambiente. Las cuatro veces que hay funciones son actores profesionales. Ustedes no se preocupen, su profesionalidad la acredita el pertenecer a grandes compañías de la capital. Aquí no vienen cómicos de poca monta, de esos que no saben andar más que tropezando con los muebles y depositando sus babas sobre el escenario. Tal vez me equivoco y los cómicos son los de las grandes compañías, no sé. Se me cansa hasta la mente. Esto de hacer de guía del teatro es muy cansado, en serio. No saben ustedes lo que agota repetir que esto es la corbata, que aquí, donde estoy ahora mismo, es el proscenio. A esto de aquí se le llaman patas. Y eso que me ilumina es un foco. Hay más datos, pero qué más les da cómo se llama cada elemento del teatro, lo que importa es saber dónde esta la butaca para sentarse en ella, ¿no? Y que no tenga chicle. Lo dicho, necesito urgentemente unas vacaciones. El lavabo lo tienen al salir a mano izquierda y otro más en la segunda planta. Espero que no esté atascado. Pueden ir a mirar los palcos de platea, subir al segundo piso, entrar en la cabina de iluminación y sonido. Y disculpen que no les acompañe, ya no tengo fuerzas. Siento como si me fuese a romper de un momento a otro. Después de que recorran su vista y sus manos por cada rincón de nuestro teatro pueden pasar por el hall donde tienen preparados unos canapés que yo mismo he preparado. (Se va poniendo el calzado.) Y me lo tienen que agradecer, porque otra cosa no, pero trabajador soy un rato largo, porque... les voy a hacer una pregunta, así, en confianza: ¿qué persona se viene a trabajar después de estar toda la noche indispuesto? Aún tengo un mal cuerpo... Pero ustedes no se preocupen por mí, esto se me pasa, ha debido de ser un virus, de esos que andan por el aire. (Comienza a toser.) No es nada importante. Con unas vacaciones quedo como nuevo. (Se rasca y le cae una oreja. La recoge.) No soy perfecto, qué le vamos a hacer... Les digo que no se preocupen por mí, aún tengo otra oreja para oír. Señores, ustedes tienen que entender que me caiga a pedazos, ustedes que disfrutan de esas vacaciones que yo ni huelo... ¿Y usted qué olfatea? Sus pies huelen peor y nadie le apunta. Apuntar con el dedo es de muy mala educación, porque nunca se sabe en qué lugar lo ha metido usted antes. Yo también me meto el dedo en la nariz, pero hombre, lo hago discretamente, cuando nadie me ve (se lo está metiendo). Es mi dedo y mi nariz y no se lo voy enseñando a nadie. (Escucha un pitido.) Un momento. Está sonando el intercom. (Va a por él. Sale con él puesto.) Sirve para comunicarse la cabina de sonido con el maquinista que está entre cajas, o sea donde ustedes no lo ven, por ahí. (Al aparato.) Dime.

................

¿Qué te crees que hago? Lo mismo de siempre. Explicarles todo esto a un grupo de turistas majísimos.

................

Oiga señorita, donde quiera que esté, porque no la veo. Yo estoy haciendo mi trabajo.

.................

(Al público.) Algunos teatros tienen fantasmas, éste tiene a la mujer invisible. ¡Chúpate esa!

................

¿Que no es invisible? Pues yo no la veo. Pero tu voz me suena... Sí, la he oído antes. Sí, en la máquina del tabaco: "Su tabaco, gracias"

................

¿Que es la regidora?

Mira al publico, mira a cajas, vuelve a mirar al público.

Bueno, pues esto es donde se representa teatro y hoy es uno de esos cuatro días que hay función. Muy buenas. (Sale corriendo.)

Voz en off: Señores, señoras, la función va a comenzar.

Oscuro.

PILAR MURILLO

Vinculada como actriz al teatro desde 1983, y luego como directora y autora, funda en 1997 el grupo de teatro Momo, con el que representa sus obras Trauma y Gracias, Claudia, ambas premiadas en el certamen Art-Nalón. Dentro de su producción dramática, destacan sus obras Faustina, madre de Alejandro Casona, estrenada bajo la dirección de Nuria Gallardo, La mansión, Los juguetes olvidados, El sexo en el teatro (monólogo publicado en la revista valenciana Art Teatral).

 

Nocturno

José Rico

No, escucha, escucha. Déjame hablar, por favor, escúchame... No me interrumpas, necesito que me escuches un minuto, sólo te pido un minuto, un minuto sin interrumpirme, no creo que sea mucho un sólo minuto... Déjame explicarme, Manu, por favor. Tienes que entender cómo me siento. No te puedes hacer una idea de cómo estoy pero es preciso que hagas un esfuerzo, trata de comprenderlo. Por favor, Manu, por favor inténtalo... No, no he tomado nada. Eres tú que no quieres entender. No te puedes imaginar cómo estoy. Estoy que me subo por las paredes. Tengo las gafas puestas ¿te das cuenta? Sí las gafas. Y tú sabes cómo me siento cuando me pongo las gafas... No aguantaba las lentillas. Tenía los ojos irritados, terriblemente irritados. Ya me he puesto colirio tres veces y he tenido que ponerme las gafas. De sobra sabes que no soporto verme con gafas. Hace un momento he tenido que ir al baño, me he visto en el espejo y no lo puedo soportar, me veo horrible con gafas. Claro, a ti no te parece tanto porque nunca has tenido que ponerte gafas. Y tú no quieres hacer una sola cosa que te pido. Sólo tienes que llamar a Juan. Llamarle, acercarte a su casa y que te firme esa jodida receta, sólo una jodida receta Manu, pero tú no puedes entender cómo me siento... Claro que sé qué hora es. He mirado el reloj cada 2 minutos. Es la una menos cuarto. Juan no se habrá acostado, está preparando el MIR seguro que se queda a estudiar. Tal vez está allí Mónica. Cuando va Mónica no se acuestan por lo menos hasta las dos. Sólo tienes que llamarlo y pasar a que te firme la jodida receta... ¿Qué? ¿Me estás toreando? Sabes que yo no puedo. Si yo pudiera llamar no estaría ahora hablando contigo y podrías estar viendo tu estúpida película... No, no me pongo, es que me estás toreando. Disfrutas haciéndome sufrir y sabes que no lo soporto... Joder, cómo tengo que decirte que sin receta no la despachan y además no tengo dinero... Ya lo he llamado pero los camellos no fían y me pidió 5.000 pelas. Sabes que es la única oportunidad para quitarme la Farma de en medio. Que si hago un buen examen Rodira me aprueba, pero tú lo quieres joder todo porque no te apetece llamar a Juan... No, escúchame, por favor. No cuelgues. No puedes colgarme, tienes que hacerme ese favor. Soy tu amorcito ¿no? Tú me quieres ¿no? Pues si de verdad me quieres, tienes que hacerme ese favor. No te imaginas cómo estoy sufriendo. No, no por favor, no cuelgues. ¡Será cabrón! Tiene que haber algo en alguna parte por aquí. Necesito tomar algo. Si no tomo algo voy a volverme loca. (Busca.) Esto tiene codeína, espera, déjame mirar el prospecto. Sí tiene codeína. (La toma.) Con la codeína no arreglo nada pero por lo menos podré pensar unos minutos. Será hijoputa, qué le costaba ir a ver a Juan. Ya le daré yo amorcito. Ya vendrás. Te vas a acordar. (Cogiendo el teléfono y dirigiéndose a él.) Vas a saber quién es Luisa. Tengo que centrarme. Voy a sentarme y centrar. (Toma café, intenta servirse más pero se ha acabado.) Ahora se acabó el maldito café. Es que no va a salir nada bien hoy. Tenía que irse Elena de vacaciones esta semana precisamente. Elena, claro, el botiquín de Elena. (Sale y trae el botiquín.) A ver qué tiene por aquí. Aspirinas, Nolotil y esto... hostia tiene hemorroides, mira que callado se lo tenía, para que te fíes. Antibabys, Ferrogradumet ¿toma hierro?; caducado de cuando tuvo anemia. Joder, es una urraca, no tira nada. Nada, alcohol, algodón, betadine, agua oxigenada. Bueno, me meteré los Nolotiles. Dos, joder, con dos no hago nada. Dentro de 10 minutos voy a estar peor. No voy a tener tiempo ni de meterme los putos principios activos de la mierda del diclofenaco. Hay que joderse y mira que me lo ponen fácil, a las cinco de la tarde. Tengo tiempo por la mañana para repasar pero necesito machacar toda la noche. Si no puedo concentrarme se va todo a tomar por culo. (Llama.) Cógelo, por favor, cógelo. Manu, Manu, soy yo. No Manu, por favor no me cuelgues, por favor, necesito que me escuches, necesito que me hagas un favor... No, por favor, no cuelgues, Manu, necesito que me prestes mil duros... No, no Manu, por favor es muy importante tengo que aprobar la Farma. Manu, por favor, sólo esta vez te juro que no te molestaré más. ¿Manu? ¿Manu? Serás hijoputa cabrón. Te vas a enterar, hijoputa cabrón. (Vuelve a llamar.) No, no me hagas esto, descuelga, por favor, descuélgalo necesito que me hagas este favor y nunca te pediré nunca más. (Llama a Juan.) ¿Juan? ¡Ah, Mónica! Eres tú... sí verás soy... Luisa ¿Puede ponerse Juan?... Sí, por favor... No, Mónica, por favor, escucha, tengo que hablar con él. Es muy importante. Gracias, Mónica (Gesto de desagrado.) Juan, mira, ya sé que no quieres hablar conmigo. Es muy importante. Esta vez es diferente... sí diferente. No, Juan, te lo juro. Es que estoy desesperada... No, no es por eso, es que tengo un examen, un examen muy importante, mañana, de Farma. Y este año lo da Rodira y ya sabes cómo es Rodira, es mi oportunidad para aprobar. Pero tengo que estudiar y no puedo concentrarme. Necesito la receta... Sí, sí, Juan, no sabes cómo me arrepiento. Nunca lo volveré a hacer, todavía tengo tu número, podría rellenarla yo misma pero te prometí que no lo haría y yo cumplo mi palabra. Pero ahora necesito que me hagas ese favor... Es la última vez que recurro a ti... Sí, vale, vale, imité tu firma, es imperdonable, no tenía que haber usado tu número... Sí, ya sé que podrían haberte echado. Pero se arregló ¿no?... Por favor, Juan, estoy muy mal. Hazme ese favor y nunca más te llamaré... Mi abuela es pensionista sólo tienes que rellenar una receta con su nombre... Sí, de pensionista. No tengo dinero. Ni un puto duro. No, Juan, por favor, por favor, ¿Juan?... No, espera, espera. Que te jodan. Ojalá te quedes impotente. (Se pone a estudiar, lee un poco, llora.) "Es un fármaco con potentes efectos antiinflamatorios, analgésicos y contra la fiebre. Pertenece a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la formación de unas sustancias llamadas prostaglandinas. En tratamientos breves de las siguientes afecciones agudas: procesos inflamatorios postraumáticos, reumatismo extraarticular, infecciones dolorosas e inflamatorias de garganta, nariz, oído (por ej.: faringoamigdalitis). Procesos dolorosos o inflamatorios en ginecología, anexitis, dismenorrea primaria. Estados dolorosos post-operatorios...". Tal vez Elena tenga algo de dinero por casa. Pero dónde lo puede tener. Dónde guardaría una urraca el dinero. No puedo perder tiempo. Será mejor que la llame. Y cómo la localizo yo ahora, esta tía siempre deja el móvil en casa. El novio, claro, joder. Sebas, (Mira en la agenda.) 65436745. ¿Sebas? ¿Eres Sebas? ¿El novio de Elena?... ¿Se puede poner? Soy su compañera de piso, Luisa... Sí, sí. Hola, sí... No, no pasa nada, es que necesito que me hagas un favor, necesito algo de pasta ¿Tienes algo aquí por casa?... Venga, joder, tú siempre tienes reserva... Sí pero estoy muy nerviosa, necesito bajar a comprar algo y no tengo pela... No joder, pillaré una centra... No, no sé, por qué me dices eso. Bueno es igual, ya me arreglaré. No te preocupes... Sí, sí, la agenda... Espera. Espera, sí, en la jota. Javier, sí. Hay tres javieres: Javier ojazos, Javier no se qué y Javier Mierda... Sí, sí, me acordaré. (Llama.) ¿Javier?... ¿Eres Javier? No oigo nada, hay mucho ruido... ¿Eres Javier? Sí, mira soy una... ¿No podrías irte a un sitio con menos ruido?... Es que no te oigo nada. (Casi gritando.) ¡Que si no podrías irte a un sitio con menos ruido!... Sí, ahora te oigo un poco mejor... Soy una amiga de Elena... Sí Elena, una morenita, de pelo corto, que vive en el Cristo... Sí, sí, esa. Pues yo soy Luisa su compañera de piso... Sí, la misma. ¿Ah sí? Es imposible yo a ti no te he visto en mi vida... Porque lo sabría... Hace más de un año que no voy por casa de Jorge... ¿Me viste hace un año y te acuerdas de mi?... ¿Sí?... ¿de verdad te parezco tan guapa?... Gracias. Verás, es que estoy en un aprieto y me dijo Elena que podrías ayudarme... Mira, es que tengo un examen muy importante mañana y necesito estudiar toda la noche. Y necesito que me pases algo. ¡Sí, sí está bien quiero comprar caramelos!... No, no espera, es que hay un pequeño problema. El caso es que no tengo pela en este momento... No, no, no se trata de que me fíes... No es diferente. Mañana o todo lo más pasado tendría tu dinero y si no te lo pagaría Elena, es mi compañera de piso y tú confías en ella ¿no? Elena y yo somos inseparables. Las mejores amigas que te puedas imaginar. Somos como hermanas, eso es hermanas... Ya pero... Sí, sí, lo entiendo pero ahora no puedo ya te he dicho que mañana o pasado... ¿Sí?... ¿Una forma?... Sí, muy guapa, sí, ya me lo has dicho antes y eso que tiene que ver... ¡Eres un cerdo! ¡Adiós! (Cuelga.) ¡Baboso! ¡Que te la chupe tu madre! ¡O mejor tu abuela que no tendrá dientes! ¿Javier?... Soy yo. Sí, mira, lo he pensado mejor y verás acepto... Pero tiene que ser rápido tengo mucho que estudiar... Sí, sí aquí. Te espero... Pero no hagas ruido que no se entere la portera... No, no, nieve, no quiero ir a la nieve. Algo más fuerte. Un paseo a caballo. Sí, sí una buena galopada... Sí, sí. No tardes estoy muy apurada. (Cuelga. Se sube la camiseta y sale mientras comienza a quitársela.)

Oscuro.

JOSÉ RICO

Director de Bacanal Teatro lleva en el mundo del teatro más de 20 años y ha tocado todos los aspectos relacionados con esta actividad, desde director teatral, escritor de relatos, ensayo y piezas teatrales, así como adaptaciones de otras obras. Ha escrito diversos textos teatrales (Tarde de domingo, Flashes en la noche, Dislates, Más allá del vals, Una nota de color, Cenizas, Despertar), y ha realizado adaptaciones para la escena de textos no teatrales (La Metamorfosis de Kafka, Crimen y Castigo de Dostoievsky, La Sombra del Traductor de Adolfo C. Díaz, Carta al padre" de Kafka, Su único hijo de Clarín).

 

Autopsia

Un Psicodrama de Serie Negra

Adolfo Camilo Díaz

Cuartu d’Hospital. Uci, Uvi. Escueye’l formatu. L’amalicáu qu’ocupa la cama ta en coma, con eso ya te lo digo too. Qué se yo, ta como Alfredo Urdaci, non, perdón, meca. ¿Qué ye, qu’Autopsia nun naz con afanes d’eternidá? ¡Pa que mentar a esi puntu del que nin Leti se va recordar dientru seis meses! Home, probe Fredo, con esos traxes que paecen talo cualo p’amortayalu y que nun arrugue. Entós lo que te digo. Coma, meyor, Puntu en coma. Asina, mui ortográfico. D’isquierda (la isquierda del espeutador) a drecha (la Drecha d’Urdaci, claro), hai una ventana (y, al so través, la única lluz qu’entra en cuartu). Si quies poner un neón que nun pareza un puticlub, mira, tiéneslo a la mano. Un Neón Azul (como Urdaci), con un cachu del nome del Hospital. El nome del Hospital ye "Hospital les Bocaes". Claro, parez un sarcasmu, una chancia de descerebráu y non. L’Hospital llantose nun práu qu’asina se llamaba, claro boba. Como lo tas lleendo. Ye pura toponimia. Mira qué yes… Pero a lo que tábemos, d’Isquierda a Drecha la ventana, un Almariu, una mesitina con bandexa y ruedes, el goteru, la cama, mesmamente la cama hospitalaria, una pinfla de monitores (p’ayudalu a respirar, pa mové-y’l corazón etc., etc.: ya vos dixi que taba mui malu y ya veis que nun vos mentí.) Un lletreru d’esos de la enfermera mandando callar y, embaxu, una silla y una mesitina con un zume, una paya, un botellu d’agua mineral, una Biblia, una revista d’eses del Corazón, otra silla. La puerta d’entrada, con una llucecina colorada enriba, por si hai que salir pitando, otru lletreru col "prohibío fumar"… Y una puerta con otra llucecina colorada: suponse que la del escusao.

Ábrise’l telón, que tamos nun Teatru ricu, non nuna Casa Cultura d’eses que tienen l’escenariu a la escala del bomberu toreru. Esto ye un teatru ricu como los de Catalunya, y non como los d’Asturies, y entós hai Telón... Somos la hostia n’Asturies: delincuentes culturales, eso somos: damos telones ensin fondos, nun hai país n’Europa que s’atreva a tanto. Cuando s’abri’l famosu telón aparez tolo dicho pero asina, a escures, namás que los flases del neón y les lluces d’emerxencia y los ruíos que fain los monitores, les llucines moviéndose. Too mui hospitalario… pero tan poco hospitalario, tú ya m’entiendes, como les llistes de (des)espera y les neglixencies carnalmente atapaes pol gremialismu consustancial a los que dominen l’Arte d’Hipócrates, los secretos del Mir, la esencia de los llimones selvaxes del Caribe.

Asina pasen venti o trenta o cuarenta segundos: xenérase tensión escénico, tanto que, si te tomen la tensión (¿eh? ¿Viste? Una redundacia dramática), ha salite la entrada pela boca. ¿Pero pa esto vine yo a esti teatru tan ricu? ¿Pa ver esi cuartu que parez que nél trabaya l’equipu médicu habitual del putu Dictador que nin en paz descanse? ¿Y agora qué? ¿Voi ver un monólogu de la Momia? ¿Qué ye, Teatru Modernu d’esi que parez que ta fechu por xente rencoroso? ¿Pero qué ye esto mialma? ¿Pero esto nun tien subvención del Principáu?

Darréu, la puerta d’entrada al cuartu ábrise y con ello acaben los murmullos, el ruxideru, los llinguateros y llinguateres de les butaques reservaes pa los políticos. La obra empieza y va ser la hostia.

Entra n’escena Cipriano. El nome ye lo de menos, nun t’osesiones. Tú, al fin y al cabu, nun te llames asina. Cipriano tien d’ente trenta y cuarenta años y va vestíu de Médicu pero nun ye un médicu porque la bata y la sangre y el plasma nun fain a un médicu…

Cipriano nun ye un médicu porque nun pudo: nun sacó bona nota media na seleutividá. Vamos, la verdá ye que nin se presentó. El día del esamen taba con Pacita. Pacita yera mui popular nel Institutu porque tenía cuatro clítoris, pero eso ye otra historia que nun vien al casu.

Cipriano, definitivamente, nun ye médicu, pero va vestíu de médicu, como Emilio Aragón, y debaxo lleva lo que tien de llevar, chacho, claro, porque Cipriano ye un

Actor/artista polifacéticu.

Sábese porque, debaxo la bata, atiendi pa cuando la quite, tien un foulard coloráu, el pelo llargo (de magar-y falta: tien calveres), un macutu enllenu de consideraciones sobre’l Teatru de Tadeusz Kantor, Stalivnavsky y Alfonso Paso, unos pantalones de rayes verticales de colorinos, un xerséi de llana morao, too mui ajipiao… pero caro, de diseñu, de marca, sí, de marca y barbuca de dellos díes. Amás lleva un títere de manu na manu (¿tú viste que concidencia?) y delles insiñes, como si fuere la pechera d’un xeneralón, coles clásiques mázcares y otros motivos artísticos d’asemeyáu impautu emocional. Qué guapo too. Ah, qué bien, oh, Teatru dientru del teatru, oh, qu’orixinal. Non. Nun marches del Teatru Ricu, nun marches. Nun vas tener que lleer ente llinies, nun vas tener qu’andar al quite de los chistes privaos, qué va. Nun va ver maldaes a la contra de nadie, non, que depués parez mal, non. Cipriano ye

Actor y artista polivalente.

Porque nun pudo ser otra cosa, nun sé si m’entiendes. Cuando Pacita acabó con él, presentárase pa bedel pero nun lu quixeren porque yera palmesu y nun sacare’l psicotéunicu. Asina son les coses. Ello ye que’l fechu de que sea

Actor y artista polivalente.

Más nada ye una casualidá, el destín, lo que queda cuando nun hai nada.

Cipriano entra en cuartu, devuelve la cabeza pal pasillu, cierra la puerta con muncho cuidao.

Cipriano: Too bien, too bien, sí… Hala, a reposar, mui bien… A reposar. Vengo facete un favor, claro que te vengo facer un favor, cabrón, claro que sí. (Pembaxu la bata saca’l macutu, que posa en suelu. Posa’l muñecu na mesitina. Mira pa la cama, mira pal cuartu, mira pa la cama, mira pa la puerta l’escusao, mira pa la cama. Falando suave: fai porque la voz nun se-y escape.) Llamó esa, la to enfermeruca… Lloba, una puta lloba, si lo sabré yo. (Calla, arrímase a los monitores, mira pa les llucines.) Paeces al Pedro Duque esi… Madiós. (Arrímase pa prender la lluz, a la isquierda de la puerta d’entrada l’enchufe. Prende pero apaga de seguío.) Non, si te da igual ¿pa qué quies lluz? Si tas más p’allá que p’aquí, paisano, ye asina, mira… ¿Acuérdeste de lo que me dixiste cuando m’echaste de casa? ¿Quies que te lo diga? Voi dicítelo: hala, a rascala. ¿Pos sabes lo que te digo yo a ti agora? (Fai el ripiu, con intención.) ¿Qué tal enfermu terminal nel Hospital? Ná, nun te llevantes, nun te llevantes, que nun soi la enfermera. ¿Cómo ye? Chona, llámase Chona, dios. Rima con gochona, claro, con gochona, lo que te va, desque morrió mama ye lo que te va, claro que sí. (Entra-y la tos. Tapa la boca. La tos sal: repetitiva como un compangu con muncha grasa. Gárrase’l brazu drechu en xestu autodefensivu. Busca en macutu, saca una pastilla, pue ser cafinitrina. ¿Quién lo sabe?) Mira lo que saqué de ti, el corazón pa práu, eso saqué… Toi jodíu, home, toi mui jodíu… Nun me pueo animar falando de Chona nin de nadie… Teo tar tranquilu… Buf. (Empieza quitar la bata. Queda n’uniforme d’actor. Desenrosca el foulard.) Qué calorón fai equí… Mira cómo me tuve que vestir pa que nun m’echaren l’altu, mira… (Empieza quitase pelucos de la cabeza. Tíralos enriba los monitores y enriba la cama. Saca con cuidao unos guantes del macutu, tíralos al pie los monitores, meca cómo lu vean los de Cogersa.) Y atufes a mexuzo, sí. (Quita’l foulard, pósalu nel espaldar de la silla.) ¿Viste? Merquelu faciendo teatru, performances, xugando a les cartes, viviendo de les muyeres, como Dinio, lo mesmo. (Rise.) ¿Sabes qué hora ye? ¡Les seis y media la mañana! Y mira ónde toi, enverde tar celebrando la estrena que fice nel Teatru La Parrocha, cinco minutos aplaudiendo ¿oyiste? cinco minutos, plas plas plas. (Garra la silla, ponla a la veriquina la cama, siéntase al revés: apoya los codos nel espaldar.) ¿Sabes? Voi esperar al cambiu de turnu, ye cuando más despistaos anden. Yo creo que lo apagué too pero nunca nun se sabe… (Silenciu reflexivu.) ¿Entós qué? (Paña’l picu’l fulard, empieza abanicase.) Echástime de casa y ficísteme un favor: cincu minutos nel Teatru La Parrocha. Como Pavarotti, lo mesmo. Y sedrá por perres, mialma… Tengo pa vivir d’hotel de cuatro estrelles… qué se yo, trenta años… (Como pa él.) y un día. (Calla. Mira pa unu de los monitores. Estira un déu decidíu. Calca un botonín. Apágase una lluz azul y préndese una encarnada y empieza sentise como una sirena… Cipriano ponse nerviosu. Calca dos o tres botones. La sirena apaga. Llevántase. Siéntese pasos en pasillu. Pon la silla onde taba. Garra tola cacía que traxo con él. Fai por poner la bata otra ves, nun-y da tiempo. Ponse como una percha, cola bata colgando ente l’almariu y la paré. Ábrise la puerta’l cuartu. Queda un momento abierta. Vuelve cerrase. Esto nun ye lo que parez. Nun ye una comedia, nun t’enquivoques. Esto ye Serie Negra, como’l Prestige. Ya lo verás. Cipriano aparez.)

Casi… Nun lo entiendo… Si nel control taba too desconectao… (Va pa los monitores, agáchase.) Claro… Esti tien un alimentador autónomu, por eso suena… Vamos ver… (Rabila néllo.) Agora… (Llevántase, vuelve calcar el botón, espera, nun suena ná.) Ta bien… ¿Veslo? Pa que depués dixeres que namás que yera un drogadictu y un disgraciáu… ¿Veslo? La Comunidá de Madrid pagome un Cursu d’Oficios Escénicos y mira, fízome un "manitas", amañosucu, que lo mesmo te cambia un cuadru de lluces que te roba un volvo… (Vuelve pa la ventana, baldáu, sorrochando.) Buf, lo malo ye que nun me pueo esforzar… (Asómase pela ventana.) Dixo Chona que tabes pa salir del coma, eso dixo, pero que a lo meyor que non, pola mio culpa, dixo. Gustaráte, nun m’estraña, que tien tetes d’eses que se midin en díes de güés, pero ye más basta qu’una mousse de fariñón, home por dios. (Asonsañando a Chona.) "Porque to padre va sobrevivir al to pesar, va sobrevivir". (Engrífase tou: da miéu.) "Y va facete pagar por tol mal que ficiste". Eso me dixo, sí, cuspiendo, asina, psh, psh. (Fai como que cuspe al falar.) Falando ye como un aspersor d’esos pa los xardinos… Que vas sobrevivir… (Vuelve despacino pa la silla.) Sedrá al revés… (Garra’l zume qu’hai na mesitina.) Toi resacosu. (Acaba’l zume. Garra’l botellu d’agua.) Cinco minutos, plas plas plas. El triple de lo qu’entardes tú en cha-y un polvo a Chona, home va… (Posa’l botellu d’agua.) Ná, esto nun val nin pa llimpiar la cacía… Nun tendría que lo facer, porque con eses pastilles pal corazón nun pueo… pero tengo que lo facer. (Saca una caxetina tabaco. Saca un pitu. Mira pal cartel que prohibe fumar. Fai como un brinde.) Nun lo llevo, paisano, nun lo llevo. (Saca un pitu, saca un zippo, prende’l pitu, meti’l fumo bien p’adientru. Échalo. Fai un furacu de fumo. Fai’l xestu de disparar al furacu, circunstancial diana.) Yereis feos, golíeis mal, yereis bastos como un samartín, cerraos como’l culu una pita… Nun lo llevaba, non y non. Yo naciere p’artista, pa "performer" y con vosotros quedaba pa sallar les patates y non, coño, non y non. (Pal padre.) ¿Pero tú ves pa que te valieron tantos praos, tantes finques? (Echa-y una fumarada.) ¿Y too pa qué? ¿Chona sabe lo que hai? ¡Qué lo va saber! Enantes de quedar tontu presumiríes: "sí Chona, teo más praos que pelos". Dí la verdá, dí que tas embargáu hasta los calzones… Dí-y que si Europa, la cuota, les multes y les vaques lloques y la peste los gochos, que quedaste asina. (Fai’l xestu de pasase el déu indíz y el corazón per delantre los güeyos.) Dí-ylo, ye una pija, morbosona pero pija, a ver si t’entiende. (Paña’l macutu, rebusca, saca una petaca. Ábrela, güel.) Caliente como mexos pero meyor que l’agua ye. Coles pastilles nun tendría que lo tomar, pero ¿qué? (Fai otru brinde.) Si sales del coma, que diz ella que sí, llévala pa la casería, a ver qué-y parez l’arrecendor a cucho. Llévala. Fairá como yo, al segundu día que-y pidas que cate la vaca, pondrate una moñiga de boina y dirate: catala tú, cabrón y depués que te cate ella a tí. Eso te va decir, como te dixe yo… Papa, por dios, yo yera artista, necesita esparcir, pensar sobre les coses y contigo, nun podía. Mira, voi decite una cosa y que nun te pareza mal ¡hasta’l cuartu esti güel a silu! Y mira que soi ecoloxista, ¿eh? Mira. (Rebusca un pin. Quítalu de la pechera. Ye una flor de maría.) ¿Veslo? Esto sí, la yerba y non la pación, la yerba… ¿Pero tú acuérdeste d’aquelles mañanes a les cinco la mañana, lloviendo, metíu naquella cuadra? Ye indigno y, tómalo como quieras, pero ye humillante… Agora vas decir… "Pos gracies a la mio humillación metite nes meyores escueles, estudiaste Belles Artes y too eso" Una mierda, lo que yo te diga, una mierda. ¿Pa qué me tuviste entós? ¿Queríes un fíu o un pinche? Non, nun ye asina. Tolos pás fain lo que puen polos fíos, entós nun te deas tanta cosa. Ficisteis lo que teníes que facer y poco más. Atuñaos, siempre aforrando. ¡Nin un coche me comprasteis! ¿Y queríes que nun me metiere a xugar al bingo y a les cartes? ¡Tolo que pudiere! A ver si non d’onde sacaba yo l’untu! Home por dios, pero si vosotros tabeis podres de perres. Y total ¿pa qué? ¿Pa vete agora ehí, en coma, como un tucu? ¿Pa que te lo coma la Chona esa? Non. Pero mira, voi decítelo, acerté marchando, sí. Nun tenía porqué vos aguantar más, nin a ti nin a la histerica de mama, hala. El to fíu trunfando, cinco minutos. Je… Dexé hasta una espectadora cola boca abierta… Inda debe tar ellí. Cola boca abierta, asina. (Atiendi pa esta famosa escena: Cipriano abri la boca, esaxerao.) Pos eso ye gracies a que marché, mira, si non agora tendría aparcaes les madreñes a la puerta’l cuartu y golería que saltaríen hasta los apagafueos. (Otru lingotazu.) Pos sí, presentose ellí Chona, coles tetes tropezando nes parés. "Onde tas, asesín de mierda". Asesín me llamó… ¿Pero tú que-y contaste de mama? Aquello fue un accidente. ¿Qué coño-y contaste? (Silenciu. Lingotazu. Acaba’l pitu. Rebusca nel macutu. Saca yerba. Saca otru pitu. Desemboquilla. Quita’l papel. Endolca la yerba, fai un peta de llibru. En silenciu. Namás que se siente el respiraor. Una sirena, lloñe. Ruios d’hospital onde nunca nun van los ministros del ramu. Prende’l canutu. Chupa que parez que se-y va meter la boca p’adientru. Echa una fumará.) Tú pienses que marché de casa polo de mama (Matiza.) qu’escapé. Eso ye confianza, dí tú que sí. Vamos, que si los padres de Newton fueren como vosotros garraben la mazana y poníenlu a mayar… Besties, de carga, tú y ella y ella y tú. Pos yo soi como’l Newton de la performance y del arte conceutual, pa que lo entiendas. Sí, marché pa Madrid y invertí les perres, que dixiste a Chona que vos les robare, qu’esa elementa cáscalo too y, coles mesmes, va cascate a ti. Hala, asesín y lladrón, claro, mira tú. Pos non, desconfiáu, atuñáu, arranciáu, non, nun les robé, lleveles emprestaes. Xugué con elles y gané más perres, sí , más perres, pa invertiles nun espeutáculu audiovisual alternativu pa xente normal, xente que sabe quién ye Miquel Barceló y Paco Cao. Sí. Tuvi les meyores crítiques, sí: Guía del Ocio, una estrella y picu, casi dos… Un fanzín de Carabanchel, "Vanguardia Extrema" dixo que yo yera’l futuru, sí. Nun lo invento, non. (Rebusca nel macutu col peta nos llabios. Saca una fueya toa engurriada, plánchala.) Mira (Llee.) "Cipriano Melás es el futuro", su manera de entender el Teatro es a la escena, lo que el Big Bang fue a la historia de la humanidad: un principio" ¿Viste? Vas decir, "ye mentira". Y yo voi decite, pos sí mira, ye mentira, pero pa ser mentira ye una crítica bien bona. (Lingotazo.) Y tú sallando y esfoyando y estrando. Rediós. Y yo, trunfando, en Madrid, na Capital. Y too eso al pesar del nome. Cipriano… ¡Pero a quién coño se-y ocurre llamar Cipriano a nadie! ¡Si ye que sois ordinarios que da dentera, coño! Cipriano… La xente preguntábame si yera un nomatu, un pseudónimo como dicen en Madrid. Yo decía que yera una españolización del nome Chiprano, ciudadanu de Chipre. ¿Tú viste? Una ocurrencia, miles d’ocurrencies pa sobrevivir, porque con esi nome l’únicu que s’interesaba por mín yera José Luís Moreno, sí… Fice de too: xugué al tute, xugué al póker, al mus… Vendí ácedos, Lacasitos, "speed"… Too con tal de salir p’alantre… Y mientres tanto… ¿Tú qué? Rumiando la pena, fracasáu, que tienes cara de fracasáu, vaya que sí. Fracasáu. Fuiste capaz de denunciame, home. Gracies que cambiare pa Chiprano, hasta nel carné y que teo amigos que te fain un pasaporte col ticket del aparcamientu… Y gracies que lo fice que, si non, métenme en chirona poles tos paranoies… ¿Cómo nun te voi tener…? ¿Repunancia? Sí, aborrancia, ascu, cascancia… D’aquella, tando yo en Madrid, llegó lo de les vaques lloques… Jódete, tenís cuatro na casería, alloriaes, como tú, y jodiéronte’l negociu, hala, túvote bien guapo. Cuenta-ylo a Chona, cuénta-ylo… Nun tienes un perru, esa ye la verdá, embargáu. Namás que tienes esi Seguru de Vida que sacaste cuantayá… Y que se t’olvidó correxir, tontu… (Silenciu tensu, intensu.) ¿Y a que nun sabes quién va cobrar si tú muerres? El to únicu heriede: yo, Cipriano, Ciprianín l’asturianu, l’aldeanu, el "paleto", Chiprano, el Fíu de Chipre, hala, a rascala. (Sopla del peta que parez la Ensidesa de cuando había Ensidesa.) Sé que tovía nun te dio tiempu facer el testamentu, too esto pillote de golpe, claro, l’acidente cardiovascular, el paralís, el coma… Nun te dio tiempo a ná, pero la bruxa Chona sí tuvo tiempu… Y esa bruxa nun va quedar colo tuyo, mecago na puta que nun va quedar. ¿Sabes? Esa viva quier despertate, casase contigo y heredar. Y nun lo va conseguir, non. (Lingotazu.) Vine a facete un favor, a cambiate la vida. Cuando lo de les vaques lloques yo fici delles vídioinstalaciones pero limitaes porque nun tenía vídiu… Más nada que tenía una camaruca d’eses de fotos desechables, sí. Y la cosa nun tiraba. Madrid muerre pol espectáculu. Mira tú, cuatro millones de garrulos como tú, que salieron ayeri de la Mancha, de Galicia, d’Andalucía… Y entós eso, quieren espeutáculu, munchu musical, munchu "performance" con efectos especiales que-yos faiga olvidar el golor a oveya. Les videoinstalaciones non funcionaron, tengo que te lo reconocer porque vine pa decite la verdá. Entós, tuvi de camareru, sí, incluso pasé dos o tres selmanes ensin xugar. Fici dalgún bolu de teatru, compañíes d’aficionaos, enseñar el culu y poco más recitando textos de Baudrillard y d’Ana Palacio. Nun me fue bien, non, pola to culpa y pola culpa de mama, tea onde tea. Malos años. Pero mira lo que son les coses. D’aquella había como una epidemia per Madrid. Entrabes en cualquier pub, en cualquier teatru y, si nun yera un musical yeren los del Club de la Comedia. Mira tú. La cosa más fata que te pueas imaxinar… Porque un musical pase, pero lo del Club. Fáite a la idea: una silla, un fulanu vestíu de cai y a dar a la parpayuela diciendo ensinsustanciaes que nun firmaría’l más sosu l’aldea, too ello vestío d’humor intelixente, como pa decir que yo nun soi Lina Morgan que ye lo que los Garrulos de Madrid nel fondu más prefieren, y entós soi como, nun sé, Woody Allen pero col cerebru de Georges Bush… Nun sé, dame cosa falar d’esto contigo porque siempre fuiste como una duerna, pero mira, a estes hores ye lo qu’hai. Ello ye que, depués de les tos vaques lloques y de les mios vaques flaques llegaron les beques gordes del Ministeriu de Cultura, les boques gordes de les putones fines de la Gran Vía y los Bucos grandes a la vena, Clenbuterol 600, Arnomasin, Dopamina al 40%... como tien que ser, que lo que ganaba fundíalo porque pa eso se ficieron les perres, pa eso, non p’aforrales, non pa meteles en caxón, que les perres nun les vas llevar contigo, que van quedar equí. (Otru lingotazu.) Sí… ¿Sabes que tuvi que dexar de facer la comedia? Detectáronme una cosa rara nel corazón, herencia tuya… nun pueo pasame, poco sal, poco zúcare… Nun pueo poneme nerviosu, nun pueo tener estrés, sustos, angusties. Pero de la yerba y del güisqui nun dixeron ná. Non. Por eso toi equí, tan tarde. Dixeron que m’echaren porque robé a la compañía. Falso. Garré lo que yera mío, lo que nun me pagaben y pa enriba lo del corazón. Non. Por eso toi equí… Toi equí porque quiero tar tranquilu.

(Llevántase. Va hasta la puerta. Ábrela suavino. Compreba que nun hai ná raro pel pasillu. Cierra.)

Yo tamién saqué un bon seguru de vida… ¿Sabes? Contaba (Ponse confidente.) esapaecer y… Tuvi enrolláu con ella, con esi putón que conoces bien… Con Chona, claro, ella nun te lo diría… ¿Pa qué? Conocila nesti hospital, hai cuatro meses. Sí. Yo volviere p’Asturies, sí. Xugare lo que sacare de la compañía al póker y ganare cuatro duros, lo xusto pa volver… Nun sé, nel fondu toi na idea de que quería falar contigo, volver a la casería… Los médicos punxerenlo mal y yo creía, mira tú si taba jodíu, que tú podríes perdoname, nun sé, lo del fíu pródigu, eses coses… Llevaba dos o tres díes equí, dando vueltes a ver cómo sacar perres, necesito facer coses, ya lo sabes, soi un criador, hostia. Pero nun daba con ello, dába-y vueltes al tema, podría atracar un estancu, una tienda venti duros, pero qué… Col nerviosismu podría paráseme’l corazón, y, pensando eso, púnxime nerviosu y el corazón paró. Paró de verdá. Y desperté nesti hospital y lo primero que ví foron les tetes de Chona, sí. Dios. Encoñeme namás vela. Trempé, punxe la tienda campaña. Buf. Darréu intimamos, dixi la verdá: yo yera artista, performer, creativu, d’ésitu, como Warhol, como, nun sé, como Pajares, como Andrés Pajares y Chonchi, sí… Ella alucinó, por eso sé que alucinó coles tochaes que-y contaríes, como tien les tetes grandes debe pensar que too tien que ser grande: muncho arte, munches tierres… Munchu capital. Fue vela y dar cola solución pa salir de probe, pa siempre, sí. Pensé: voi tirame a esta gochona, voi faceme parexa de fechu d’ella, voi sacar un seguru de vida pa mín, voi facer como que muerro pa qu’ella cobre, yo esborro’l pasáu y saco unes perres pa retirame. ¿Viste? Entós tirémela claro, nel cuartu l’hospital y na so casa, ye muncho mayor que yo, más moza que tú pero mayor que yo y quería tralla, claro que sí. Tamién s’encoñó conmigu. Ya sabes cómo ye Chona. A los diez o doce díes conté-y lo del plan… Pero nun lo vio bien. Tolo que tien de tetoxona tienlo de corta. Estrañose, dixo que si yo yera tan famosu que porqué tenía que facer eso… Bono, ya sabes cómo ye, ye una importona, tolo quier saber. Dixi que, bono, que me prestaba xugar y que había deudes… Que tenía que desapaecer, sí. Nun entendía ná. Quería follar con un home más mozu y puntu. Más nada. Yo seguí col plan, pa ver si en viendome facer les coses, s’animaba. Entós saqué un bon seguru de vida. Paguelu colos últimos aforros. Como Chipranu tenía’l corazón jodíu, un mal historial clínicu, pero non como Cipriano. Ello ye que recuperé’l nome que me punxistes. Nun sospecharen nada. Saqué un bon Seguru de Vida: Un millón d’euros… Mira tú, un millón d’Euros pal deudu… nesti casu pa la futura deuda. Nadie nun vio ná raro. Yo apaecía de solteru y pagué bien… ¿Pero daste cuenta del sarcasmu? ¡Qué te vas dar cuenta! ¡Si yo morriere nesi momentu el qu’heredaba dibes ser tú, que yeres el mio únicu familiar… Pero Chona nun taba pa la mano, qué va. Dixi de facenos parexa de fechu y dixo que non, que nun lo vía. Eso fue hai cuatro selmanes. Lo que yo nun sabía ye que a ti diba date’l quite y que te diben ingresar equí, nesti putu hospital y que te diba atender ella. Y que, enantes de qu’entrares en coma, que dibes decí-y tantes coses… Dirás que non, que son coses míes, que lo toi inventando pa xustificar lo que voi facer. Pero nun ye asina. Hai diez díes marché de la so casa y tuve buscándome la vida, como siempre: tuvi con un par de putes pa convenceles del tema, pero ná… Nun lo vieron. (Llevántase. Recorre’l cuartu. Cada vez más nerviosu.) Mira, voi dicítelo: hoi nun tuvi en ningún teatru, non, les coses como son. Hoi tuvi nun chigre, en La Parrocha, el Bar de Lino, nun lu conoces, bono, da igual, ellí tuvi faciendo un choyucu: poner el zanquín d’unes escaleres, pa sacar perres, que toi de monu, hosties y entós llegó ella, lloca, pa poneme verde, pa decime que te conociere nel hospital, que falare contigo, que sabía que yeres mio padre, que yo yera un asesín y un lladrón. Non faló ná de les performances nin de les vidioinstalaciones. Más nada qu’eso: humillame, poneme a parir, rebaxame. Sentí que’l corazón se me paraba. Bum. Faltó poco. Aventela, emburriela contra la paré, un poco, quedó ellí pero nun-y pasó ná, prométotelo. Fue en defensa propia. Dexela metía nel bater del chigre. Ye’l chigre d’un amigu. Hoi teníalu cerráu. Amarrela y púnxe-y cinta d’embalar na boca. Quedó asina, cola boca abierta. (Repite la escena de la boca abierta.) Dientru d’un par d’hores voi sacala yo… Y voi conta-y la bona nueva. ¿Sabes por qué? Voi decítelo. (Arrímase a los monitores.) Voi facete una eutanasia, campeón, una eutanasia, sí. Quiero que muerras dignamente, con dignidá… Voi desenchufate, un poco, más nada, lo xusto pa que dexes de sufrir y yo puea cobrar mañana o en pasao, dame igual lo que tarde, esi seguru de vida tuyu. Con eso me conformo, ya ta. Y voi pal puticlub y méto-y a una puta, pente les piernes, 900 euros y dígo-y que diga que tuvo conmigo tola nueche y vuelvo pal chigre y saco a esa lloca y dígo-y que chitón. ¿Sabes por qué? Porque esta bata blanca ye d’ella, y esos guantes son d’ella y esos pelos que tiré son d’ella, sí. Ye como si ella te llevare a meyor vida. Y ya ta. Y tú quedes tranquilu y yo más… ¿Val? Chona dixo que ye complicao que salgas d’esto. (Empieza a apagar los monitores.) Que a les ochu hai cambiu de turnu y que anden apuraos y qu’entardarán en llegar, si lleguen. Que necesites poco, un emburrionín. Son agora les ocho menos cuartu. Tán en plenu cambiu. Nun te vas enterar. (Apágalo too.) Meca, hasta vamos tener suerte. Nun suena ná raro. Mira, agora que tas dexando de respirar, voi dicítelo: tampoco soi actor. Soi electricista, non, tampoco, Fici un seminariu de máquines ferramientes… Anduvi con una máquina fresadora y eso. Pero préstame la estética de los actores, los pins coles mázcares. Bono, pa qué te voi mentir. Soi conceyal del PP. Non, del PSOE, ye lo mesmo, bono, conceyal. Nun sé, qué más te da. (Ya nun se siente ná.) Mira qué tranquilidá. Eutanasiete. Bono. Hala. Matote Chona. Un accidente. Como’l de mama. (Ríse. Tose.) Dios, cabrón. ¿Ves? Agora toi mediu afogáu, nun me puedo esforzar. Namás que me paguen el to seguru voi dir pa Estaos Xuníos pa que me trasplanten enteru, sedrá por perres… Venga, respira, respira… (Entós, siéntese una cisterna. Ciprianu mira pa la puerta’l báter. Abri los güeyos muncho, prende la lluz del cuartu. Tírase a la cama. Ta vacía. Empieza como a afogase. Empieza abrise la puerta del báter. Él lleva la manu izquierda al pechu. Gárrala cola otra.) ¿Pero qué ye esto? ¿El Padre de Hamlet? (Tose. Arrástrase pa garrar el macutu. Nun llega.)

Voz del Padre: Cabrón… Mira tú peronde Chona y yo vamos vivir col to seguru… Hala, a rascala.

Nueche. Escuru.

ADOLFO CAMILO DÍAZ

Novelista, músico, actor, ensayista, traductor, dramaturgo y animador cultural incansable. En su quehacer como autor dramático destacan obras como Psicokiller, Nueche, Los socedios de Nelón, El felpeyu asesinu. Gano el premio Xosefa Xovellanos en dos ocasiones con las novelas Añada pa un güeyu muertu y Diariu de viaxe fexo. Miénteme, dime la verdá, L’home que queria ser estatua, Nunca nun te fíes de la xente que nun enseña los dientes al rise y otros cuentos son otras tantas de sus creaciones narrativas importantes.

 

La iguana sobre el tejado llamado deseo

Jorge Moreno

Un punto cualquiera en el Sur de los Estados Unidos. Calor tórrido. Aparece Él, un trasunto de Stanley Kowalsky –grasa en la camiseta, pantalones ajustados y sudor a flor de piel–, con el añadido de unas visibles marcas de pintalabios sobre todo su cuerpo. Viene huyendo de alguien. Se detiene. Está fatigado. Respira hondo. 

Él: ¿Hay alguna hija de rico hacendado en la sala? (Sin esperar respuestas.) ¿No? (Lo mismo.) Bien. (Pausa.) Entonces... éste es mi sitio. (Se apoya en alguna parte. Continúa la respiración agitada. Largo silencio.) Qué difícil resulta ser un personaje de Tennessee Williams. (Pausa.) Primero: huir de Ava Gardner, Deborah Kerr y Sue Lyon –sí, sí, la de Lolita–... (Pausa.) Ahora entiendo a Jeremy Irons.  (Pausa. Traga saliva.) Después: esos monstruos cuellicortos que me traen por el camino de la amargura. Y, para rematar la jugada, el tranvía de los cojones, que no pasa a la hora y me hace escapar corriendo. ¡Buffffffffff! (Breve silencio.) Nunca debí fiarme de Tennessee. Me lo advirtieron, ¿eh? Me lo advirtieron. (Imitando otra voz.) "No te metas en una obra de ese tío que vas a acabar esquizofrénico. Que te van a inculcar lo del método. Lo que volvió tarumba a Marilyn Monroe". (Con su tono de voz normal.) Pero, claro... Por el otro lado yo tenía al bueno de Tennessee diciéndome: (Voz suave.) "Tú, ven conmigo. Te meto en La noche de la iguana, en Un tranvía llamado deseo o en La gata sobre el tejado de zinc... ¡y te pondrás las botas! Puedes hacer lo que te dé la gana. Que no te quieres lavar... Pues no te lavas. Mejor. Así gustarás a mis mujeres. Oigh. Te voy a tener en palmitas". (Voz normal.) Me dijo que iba a beber como un cosaco, a sudar como un cerdo y a follar como un descosido. ¡Qué hombre puede rechazar una invitación así! Acepté. Vaya si acepté. "Vale, Tennessee, tío". Bueno... En realidad le dije: (Chulesco.) "O. K. Tennessee, my friend", (Voz normal.) que suena más americano. (Pausa prolongada. Suspiro.) Aaaaaaaay... (Pausa.) Me fui de cabeza a Nueva Orleáns y el jodío Tennessee me da un empleo de mecánico. Ahí está el primer problema. "Tennessee. Tú te equivocas conmigo" –le solté–. "No he venido a Nueva Orleáns –que queda en el culo del mundo, por cierto– a trabajar". Y va Tennessee y me responde: (La voz dulce de antes.) "Don´t worry. Be happy". (Menea la cabeza.) Una gran facilidad de palabra. ¡Cómo se nota que es dramaturgo! (Pausa.) Al poco rato estaba ya arreglando mi primer coche. Eso sí, ¿eh?, un cadillac rosa de una madurita que estaba... (Se muerde el labio inferior y cierra los ojos.) Cómo estaba la madurita. Luego me enteré de que era Elizabeth Taylor. De joven. Que ella ya era madura... de joven. Hacía un calor... de ponerse malo. Y va la Liz –tengo confianza– y me espeta: (Voz pretendidamente femenina.) "¿Puede arreglar mi carburador?" (Deambula por el lugar, nervioso.) Joderrrrrrrrrrr... A eso se refería el Tennessee cuando me hablaba del "be happy". (Resopla. Pausa.) Me pongo con Liz... a... (Pícaro.) arreglarle el carburador... y... ¡zas! ¡Aparece Stella! ¡Yo qué sabía quién era Stella! Sería de otra película. Va la rubia –era rubia y también estaba... (El gesto con el labio inferior y los párpados cerrados.) potentilla, ¿saben? (Retoma.) Eso. Va la rubia y empieza, como una ametralladora: (Habla rápido, imitando a una mujer.) "Stanley, ¿dónde has estado? llevo buscándote horas necesitaba que me llevases al piso porque estoy insatisfecha y hoy llega mi hermana y ya sabes que nuestro apartamento es de los de protección social y como hoy llega mi hermana me da apuro hacer el amor a un metro de ella porque además está un poco chiflada y es más rara que una iguana sobre el tejado del zoo de cristal por eso quería aprovechar el tiempo para hacer el amor contigo porque hoy llega mi hermana la loca y no vamos a poder tocarnos durante meses y nos tendremos que quedar con las ganas porque mi hermana llega en el tranvía con tejado de zinc caliente y ¿sabes lo que he hecho? me lo he hecho con otro insatisfecho... con Brick... no, "Tetra Brick", no... Brick... el de la otra obra... si no sé para qué hablo contigo si nunca me escuchas... ni te has enterado de que hoy llega mi hermana Blanche que está como una regadera de jardín sureño y..." (Pausa. Toma aliento. Con su voz normal.) Tuve que pararle los pies. (Alarido.) ¡Stellaaaaaaaaaaaaaaaa! (Pausa.) Fue peor el remedio que la enfermedad, porque llegó su hermana en ese preciso momento, hablando de farolillos, de deseos que viajaban en un tranvía... y, para más INRI... traía una iguana como mascota. (Pausa.) Convendrán conmigo en que aquella no era la vida que Tennessee me había prometido. Y me quejé. "Tennessee, ¿de qué vas? No me como una rosca. Eso sí: me muero de calor y no paro de beber". (La pretendida voz de Tennessee.) "Dos de tres. ¿De qué te quejas?" (Su voz.) "No estoy conforme. Me vuelvo a la realidad". (La de Tennessee.) "Ésta es la realidad". (Al público.) Total, que no he podido salir de este infierno lleno de moscas, sudor y mujeres alteradas. Y huyo de obra a obra... aunque todas son de Tennessee Williams y nada resuelvo. Fíjense que me colé en una que se llama Baby Doll pensando que iba de muñecas catalanas y... (Pausa. Sonrisa amarga.) Sí. Muñecas, sí... (Pausa. Ilusionado.) Lo mío sería acabar en una comedia de Jardiel Poncela, sin traumas familiares ni impotencia sexual. Allí no me acostaría con nadie pero, por lo menos, me echaría unas risas. Al fin y al cabo si en las de Tennessee ligo, después no se lo puedo contar a nadie, porque como ya están tarumbas de por sí y el calor les vuelve más inestables, a la mínima sacan el rifle de la Guerra de Secesión y me mandan a criar rosas tatuadas. (Pausa larga.) En fin... Les dejo. Me espera mi psicoanalista. Dicen que el primer paso para la curación consiste en reconocer que se tiene un problema... y yo tengo varios. Soy alcohólico y (Secándose el sudor.) sufro transpiración crónica... amén de no saber ya si soy heterosexual, homosexual, bisexual o trisexual... (Pausa.) Lo dicho: me espera el psicoanalista. Él me relajará. Es un chaval muy majo. (Recordando.) ...Woody Allen, creo que se llama... Da igual cómo se llame porque yo... (siniestra dulzura en el tono de voz) siempre he confiado en la bondad de los desconocidos.  (Va saliendo.) Qué calor, por Dios... ¡Stelaaa! ¡Trae el abanico! ¡Sí! ¡El de Lady Windermere! ¡Stellaaaaaaaaaaaaaaaa!  

Sale. Telón.

JORGE MORENO

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo, participa desde 1993, como actor y director, en numerosos espectáculos, desde zarzuelas hasta obras de Ibsen o Ionesco. Es fundador del grupo Konjuro Teatro y en su faceta de dramaturgo ha visto estrenadas numerosas creaciones: La maté porque era tuya (1999), Dos en el vestíbulo (1999), Ensayo Generalísimo (1999) —publicada en la revista teatral asturiana La Ratonera (2003)—, La caja (2001), Síndrome de Estocolmo (2001), El guante de Gilda (2001), Croissant (2003)...

 

Nada personal, papá

Eladio de Pablo

Niño: Mira no te lo tomes a mal la vida es dura para todos tú lo sabes como yo mejor que yo que has vivido más tiempo qué carajo he dicho has vivido papá como si ya te hubiera matado pero no te preocupes que no vas a sufrir es un segundo de nada ya lo he hecho otras veces te juro que los he visto caer con la sonrisa en los labios mientras se estaban tomando su cervecita en la terraza de un bar platicando con los amigos y yo les dejaba con la palabra en la boca la boca contraída en la última sílaba papá pero sin rastro de amargura ni de dolor ni nada como si en cualquier momento pudieran reanudar la conversación rota por el disparo mientras yo me alejaba calle arriba en mi moto como una flecha deslumbradora ¿no sabías? sí viejo ya he podido comprarme una moto es de segunda mano pero cuando me subo en ella siento que puedo llegar al cielo tienes que estar orgulloso de mí papá desde que me arrojaste de tu casa todos aquellos años durmiendo en cualquier rincón del extrarradio mejor dicho pasando las noches tirado en el agujero más apestoso del último callejón de la ciudad siempre con el terror de que vinieran y nos clavaran al suelo mugriento a balazos o aun peor que nos descuartizaran a machetazos ni siquiera el pegamento que aspiraba durante casi todo el día me aturdía lo bastante para dormir ni una miserable hora de sueño en paz la vida es muy jodida ahí afuera papá tú sabes pero yo he sabido arreglármelas ya ves acabo de cumplir catorce años y aquí me tienes hecho un hombre con mi poderosa moto y con Marieta que es como le llamo yo a mi linda pistola en recuerdo de una compañera que me daba calor las noches de invierno hasta que un día alguien la robó para sacarle los riñones y luego la abandonó muerta en un descampado por eso llevo siempre a mi Marieta conmigo y cuando no apunto a nadie como ahora lo estoy haciendo pues la llevo pegada al vientre y siento su calor que no sé por qué me recuerda al de Marieta que siempre estaba fría como un cadáver y siempre estaba temblando pegada a mí y temblando que cualquiera que nos viese pensaría que estábamos chingando como monos pero Marieta sólo tenía nueve años y yo estaba demasiado asustado como para pensar en esas cosas papá bueno tanto tiempo sin verte y estoy casi relatándote la vida ahora que total a ti qué carajo te va a importar enseguida mi vida ni la de nadie tengo que hacerlo papá y tú vas a comprender sé que lo vas a entender la verdad es que sólo me pidieron una oreja tuya no sé qué les habrás hecho pero quieren tu oreja y yo qué quieres no tengo entraña para arrancarle una oreja a mi padre aunque hayas sido un hijo de mala madre conmigo eres mi papá sé que ibas a sufrir en cambio de la otra manera ya te digo es como quedarse dormido de repente como si te congelaran la vida con el mando a distancia ni te vas a enterar papá además que yo no suelo dejar detrás de mí nada que me pueda esperar el día de mañana a la vuelta de una esquina traicionera así he llegado a donde he llegado papá si me hubiera andado con contemplaciones algún hijo de puta desorejado me habría vaciado las entrañas al menor descuido y comprenderás papá que no pueda fiarme de ti pero que sepas que no es nada personal en realidad sólo me fío de mí y de mi Marieta ah y de mi moto ¿te dije que es una motaza requetechula que brilla como un disparo en medio de la oscuridad? y también tiene sus caprichos no creas tenías que ver la cantidad de combustible que consume y es por eso por lo que me he decidido a hacer el trabajito papá si no lo hago yo lo va a hacer otro que además no se iba a andar con contemplaciones seguro que te arrancaba media cara junto con la oreja y te condenaba a andar escondiéndote como un muerto en vida papá pero no te preocupes que yo voy a hacerte un corte fino justo la oreja y nada más verás qué muerto más lindo haces ya ves al final de tu vida acabas haciendo algo por tu hijo en el fondo yo no te he perdido el apego papá sólo quiero que sepas que no es nada personal que es por el combustible nada más que por eso papá que la vida anda muy cara y muy jodida ahí fuera hasta siempre papá.

ELADIO DE PABLO

Actor, director y autor teatral, actualmente profesor de la ESAD, ha estrenado hasta la fecha Tú serás mi negro, Famélica Legión, El hermano Bastardo de Macbeth, Equipaje, Sólo Soledad Sonando (Primer accésit del Premio Hermanos Machado de teatro 1998) y La cuarentena de los pájaros. Jarrón Frankenstein (Premio Corvera de monólogos teatrales 1999) fue estrenada por la compañía Higiénico Papel, obteniendo el premio al mejor autor y al mejor actor (Carlos Dávila) en la Gala del Teatro 2001. Están publicados ademas Mediodramas, VR/RV (Premio Corvera de monólogos teatrales 2001), Las mentiras de Eva y Memoria del Llaberintu.

 

Sólo dios manda

Roberto Corte

Mameluco en harapos sanguinolentos. Sin brazos. Muy sucio.

En el nombre de Dios, Bey

el clemente

el misericordioso

el soberano de todas las cosas, Bey

el que cultiva los jardines

el que ornamenta los bosques

el que nos golpea, Bey

el que castiga con lluvia de fuego

[y bronce fundido

en Gaza, Bey

una tarde de hace unos meses

una vez cercados

vencidos

y hechos prisioneros

por la libertad

la fraternidad

y la igualdad

por las tropas del general Bon

a las órdenes de Napoleón

nos hicieron formar en columnas

dentro de un batallón

flanqueado por oficiales a caballo

silenciosos, Bey

totalmente mudos y resignados

como corderos

sin arrojar una lágrima

nos miramos sin arrojar una

[lágrima

sabedores del destino que nos

[esperaba, Bey

sin que nadie osara soltar un grito

con algunos heridos, Bey

que no podían seguir el paso

y que fueron asesinados

a golpe de bayoneta

en el acto

y el resto que gozábamos de

[mejor salud

atemorizados

entre la multitud

atemorizados

por el peligro inminente, Bey

quizá también

algunos

de entre los más atrevidos

pensaron

que todavía era posible romper el

[cerco

que nos envolvía

quizá pensaban

que era posible diseminarse

entre los campos de alrededor

para así

escaparse de la muerte

segura

pero se equivocaban, Bey

otra vez

los oficiales

habían tomado medidas

muchas

contra cualquier tentativa

de evasión

así que

después

más tarde

al llegar por fin a las dunas

del suroeste

en Gaza

nos detuvieron al lado de una

[charca

de agua

turbulenta

y fue entonces, Bey

cuando el capitán

que dirigía las tropas

mandó a los soldados

dividirnos

en pequeñas porciones

conducirnos

sobre espacios diferentes

y

fusilarnos

aunque

la horrible operación

requería bastante tiempo

y

algunos de los soldados

reservados para este funesto sacrificio

parecían mirarse

con extrema

repugnancia, Bey

como maldiciendo

del abominable

misterio

que esperaban

de sus brazos victoriosos

había

al lado de la charca

otro grupo

de prisioneros, Bey

entre los cuales estaban

algunos viejos

jefes

con mirada noble y segura

y también

un joven

con una moral

que se tambaleaba, Bey

compungido, Bey

porque

tendría

quizá

una edad tan tierna

que

lo hacía sentirse inocente

y

este sentimiento

le llevó

también

a realizar una acción

que pareció sorprender

incluso

también

a aquellos

que le rodeaban

y

al pasar

al lado de uno de los jefes

de los franceses, Bey

se precipitó

entre las patas de su caballo

y se abrazó

a sus piernas

implorando

gracia

para su vida, Bey

con lágrimas en sus ojos

y gritos espantosos

exclamó

¿de qué soy culpable?

¿qué mal he hecho?

pero ya

otra vez más, Bey

todo fue inútil

porque

ni las lágrimas

ni los gritos

podían cambiar

ya

el fatal desenlace

pronunciado sobre su muerte

pero

a excepción de aquel joven, Bey

los restantes

hicimos

con mucha calma

las abluciones

en aquel agua

estancada

nos dimos la mano

y

después

de

llevárnosla

sobre el corazón y la boca

nos despedimos

con un eterno adiós

presenciando

cómo nuestras almas

valientes

esperaban la muerte

contemplando, Bey

ya con tranquilidad

y confianza

estos últimos momentos

a la espera de un porvenir feliz

como si nos dijésemos, Bey

ya basta

ya dejo este mundo

para gozar

al lado de Dios

la felicidad

eterna

a la espera

de un nuevo ser

después de la vida

porque somos vencidos

pero

orgullosos

de nuestra desgracia

también vi, Bey

a un viejo

venerable

cuyo tono y maneras

anunciaban

un ser superior

cavar

fríamente

ante él

en la arena

movediza

un hoyo

lo bastante profundo

para enterrarse vivo

sin duda

ya

no deseaba morir

más

que

por sus propias manos

así que

sin mediar palabra

entre nosotros

se extendió

sobre la espalda

en esa tumba tutelar y dolorosa

y

dirigiendo a Dios

suplicantes

ruegos

pataleó la tierra

haciendo

de la arena

su mortaja

probablemente

con la idea

de prolongar así

el final

de sus sufrimientos

este espectáculo, Bey

que hace palpitar

mi corazón

y que yo

cuento

ahora

sin

demasiada gracia

tuvo lugar

durante la ejecución

de

varios grupos

repartidos entre las dunas

cuando

ya no restaba más, Bey

de todos los prisioneros

que aquellos

que

se habían situado

al otro lado

de la charca

y

cuando

ya pálido

y

próximo a desfallecer

porque

no teníamos esperanza de escapar

cediendo

a ese movimiento

irresistible de la naturaleza

que nos hace evitar el desfallecimiento

nos lanzamos unos

encima de los otros, Bey

para mejor

protegernos

con nuestros

propios cuerpos

y

así

recibir

de manera

aleatoria

los golpes

de bayoneta

que

dirigidos

al corazón

debían

terminar

con

nuestras vidas

hasta formar, Bey

una pirámide horrible

de muertos

y

moribundos

repugnantes

sanguinolentos

hasta

que

fue necesario

retirar los cuerpos

para acabar

también

con

los desgraciados

que

al abrigo de ese horrible

cerco

espantoso

todavía

no habían

sido golpeados

y

ahora

ya

el recuerdo

de

este cuadro

exacto y fiel

que yo te cuento, Bey

hace quebrar

mi voz

porque

de

alguna manera

no soy capaz

de

describir

todo el horror

que he visto

y

siento

y

si estoy vivo, Bey

es

porque

el clemente

el misericordioso

el que cultiva los jardines

ornamenta los bosques

y nos golpea, Bey

pide venganza

porque

ahora

ya

por fin

por esta vez

por esta única vez

al fin

sólo Dios manda.

ROBERTO CORTE

Roberto Corte está vinculado al teatro asturiano desde hace veintidós años como autor, director y editor teatral. Ha publicado Disonancia, Calderilla, Magma y Gasolina con capullos, está ultima escrita junto a Chechu García, con lo que consiguieron el Primer premio del Concursu de Teatru de L’Academia de la Llingua Asturiana y el Premio Asturias de las Artes Escénicas 2002 al mejor autor. De su primera obra, Disonancia, el grupo Inestética realizó en Lisboa una veintena de representaciones, con las que consiguieron una más que aceptable respuesta critica y algún que otro galardón a la interpretación y producción. En 2001 fue traducida al portugués. Roberto Corte es miembro del equipo de dirección de La Ratonera, revista asturiana de teatro y responsable de la editorial de textos teatrales Deus ex Machina.

 

Arriba