“El teatro es un intercambio de emociones”

Carlos Rivera Díaz

Nur Al Levi (foto de Carlos Rivera).

Su vida transcurrió entre bambalinas, su madre es Cristina Rota, la maestra de actores más importante de España. Quizás por eso tenía claro que seguiría otro camino, pero al final se dio cuenta de que la interpretación sería su vida. Actriz forjada en los escenarios, consiguió el aplauso de los espectadores en el cine con El Próximo Oriente y ha vuelto a sorprender como una de las revelaciones de la serie Punta Escarlata. Con una mezcla étnica que le confiere un encanto muy especial, muy “mágico”, Nur se ha ganado el respeto de la profesión con trabajos brillantes en montajes como La Caída de los Dioses.

Pregunta. Te incorporaste al reparto de La caída de los dioses más tarde, ¿Cómo fue incorporarte a una obra ya rodada?

Respuesta. Fue fácil, yo ya había trabajado con Pandur en Hamlet. Si no conociese el trabajo del director, hubiese sido difícil hacer una sustitución en una semana. Me resultó muy fácil, entendía muy bien su forma de trabajar. Al entrar a un espectáculo hecho, se te limitan las posibilidades del personaje, pero eso también te facilita para saber acotar al personaje.

P. Tomaz Pandur es un director que genera grandes odios y grandes amores…

R. Eso dice mucho del compromiso que pone en cada montaje. Es uno de los directores que no deja nada al azar. Todo lo elige con una certeza absoluta. Me gusta el viaje, el proceso de trabajo con él, te exige tener tu alma al 100% en el espectáculo.

P. Los repartos de sus obras siempre están compuestos por actores debutantes y otros con distinta experiencia interpretativa…

R. Es un director que se motiva con la emotividad que le transmite. Elige elencos dispares en los que todos aportamos algo, los jóvenes a los veteranos y viceversa.

P. Mucho teatro en tu carrera, pero te embarcaste también en un proyecto televisivo en el que creo que pudiste demostrar tu valía. ¿Cómo fue la experiencia de Punta Escarlata?

R. Nunca me hubiese imaginado hacer un personaje tan “bombón” en televisión. Es una joya televisiva inesperada. Me encontré con un equipo maravilloso en esa serie. Guillermo y Pablo, los directores, te dirigían de una forma espectacular, te estimulaban como intérprete.

P. Has tenido la escuela en casa, ¿era la interpretación el único posible camino a seguir?

R. Había dos opciones: que me gustase mucho o que terminase odiándolo. Pensé en estudiar Arqueología, pero al final me di cuenta de que éste era mi camino.

P. El teatro es uno de los sectores que mejor está aguantando el chaparrón económico. ¿Qué crees que motiva al espectador a seguir el ritual teatral?

R. El espectador necesita sentir emociones de cerca y por eso elige el teatro. Necesitamos muchos estímulos. El teatro es un estímulo en tres sentidos: es inmediato, es presente y tiene un intercambio de emociones entre el espectador y el actor…

P. Por tus venas corre sangre argentina, calabresa, judía y turca, pero con El Próximo Oriente añadiste a tu currículum étnico la India. ¿Cómo fue aquella experiencia?

R. Leímos mucho, pero sobre todo conocimos a mucha gente en Lavapiés. Creo que tendemos a prejuzgar, a pensar que son personas muy cerradas. Quizás por ser de familia de inmigrantes, los vi realmente integrados y muy conscientes de sus limitaciones y de lo que pueden ofrecernos.

P. Precisamente, en esa película conocimos tu faceta más musical. ¿Algún proyecto en el que volcar tus conocimientos musicales?

R. Llevo mucho tiempo preparándome para cantar. Es un proyecto a largo plazo, de momento es simplemente un hobby.

P. El proyecto más inmediato…

R. Estoy embarcada en Invierno en el Barrio Rojo, una obra dirigida por Marta Etura en el Centro de Nuevos Creadores de Cristina Rota. Estoy muy contenta por poder trabajar con Marta, tengo muy buen feeling. El tipo de dirección que maneja me es muy afín y la entiendo muy bien.